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Para algunos, la cocina es un espacio físico lleno de ollas, cucharones e ingredientes. Para otros, una ventana al mundo. Un universo donde la creación, la sensibilidad y el sentido estético se conjugan para dar lugar a platos que resultan obras de arte. Silvia Morizono supo encontrar en la cocina un lugar propio. Desde allí despertó paladares, transmitió valores y reversionó los sabores de su infancia. Esta es su historia contada a través de los recuerdos de su hija, Agustina Rabaini, escritora y periodista. También están sus recetas como tesoros reunidos en una selección ligada a las vivencias, el afecto y los sabores compartidos. Con una personalidad transgresora, moderna y generosa Silvia Morizono ha dejado una huella en el mundo gastronómico porteño desde un reducto que reunió a sibaritas y famosos, y la convirtió en pionera en la difusión de la cocina japonesa en la Argentina. Su restaurante Morizono nació en los años 90 como un homenaje al legado de su padre japonés y su nombre significa en nipón, “del bosque florido”. De ahí el título de este libro. Junto a los relatos, encontrarán un recetario con el paso a paso para elaborar clásicos de la cocina nipona como oyako donburi, sukiyaki, ramen o gyoza; sabores tai y vietnamitas, y platos de familia tomados de otras cocinas del mundo: una moussaka, un chutney de mango y manzanas, una bondiola braseada y hasta un simple pan casero.
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Nuestros queridos amigos los animales nos enseñan los opuestos: pequeño/grande, lento/rápido, día/noche, pocos/muchos, frío/calor.... Ideal para ejercitar los estímulos visuales e ir construyendo el vocabulario de los más chicos. Las cálidas ilustraciones de Marcos Farina nos enamoran en cada página.
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¿Qué es el amor? El amor es ¡tantas cosas! Hay amores de todos los tamaños. De todos los colores. Amores que vienen de a uno, ¡o de a muchos! Amores con colas y bigotes, amores que juegan, que abrazan, que ruedan y acompañan. «Amor, amor» es una invitación para aprender a reconocer las emociones vinculadas con el amor en todas sus formas.
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Sin stockLos cuatro duendes de la tierra tienen mucho que hacer. Cada estación -primavera, verano, otoño, invierno- es diferente y la naturaleza propone distintas actividades. Pájaros, semillas, flores y frutos: vuelan, brotan, florecen, endulzan. Y de todos los planes de la tierra participan estos cuatro encantadores amigos. Un libro para comenzar a distinguir las diferencias entre la distintas épocas del año y aprender sus secretos.
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Si confiamos en el viejo proverbio chino, lo extraordinario puede estar en cualquier lado. Aparecerá ante nosotros con sólo sentarnos en silencio a la sombra de los bambúes. Carolina Reymúndez no le hace demasiado caso y sale a recorrer el mundo: de Siberia a Durazno y de Zimbawe a Nueva York. Un cazador de langostas en Panamá, la lluvia endémica de Galicia, el andar de hierro del Transiberiano, el subdirector de un zoo uruguayo y el picor del chai en la India, en 25 relatos breves este libro no sólo cruza países, también atraviesa paisajes, cuenta anécdotas, se llena de nostalgia y transita el tiempo del viaje. Lo inusual es el detalle. Lo fugaz que permanece, como el comino, como la menta y otros sabores de las recetas que acompañan cada una de estas historias. Las palabras siempre estuvieron cerca de los fuegos.
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Sin stockAnna y Elena son vecinas. Un día, Anna decide invitar a Elena a jugar. Una bella y sencilla historia sobre cómo la amistad trasciende las diferencias. «Me gustan las distintas maneras que tenemos de hacer las mismas cosas. Por más que seamos diferentes, siento que en esencia todos queremos lo mismo.”
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Manuela es una gran exploradora. Vive con sus doce pájaros, de quienes se hizo amiga durante sus numerosas expediciones. Juntos llevan una vida muy tranquila, hasta que un día los pájaros deciden que ha llegado el momento de ir en búsqueda de sus propias aventuras. Vivirán muchas emociones y pasarán algún que otro contratiempo... ¡pero el viaje no los va a decepcionar! La gran aventura es un libro estimulante que aborda los conceptos de la aventura, la libertad y el amor por la lectura.
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«El horizonte está en los ojos, no en la realidad», dijo el escritor Ángel Ganivet (1865-1898) «Horizonte» podría ser una de esas palabras que acaba desterrada de la prosa diaria, despojada de su verdadero significado por lenguajes de urgencia, o relegada a libros y folletos turísticos. ¿Por qué? Porque, aunque está en todas partes, solo se ve si realmente se busca. Es una forma de mirar. Así nos lo explica, despacio, y con una deslumbrante sencillez, este libro de Carolina Celas, su debut como autora: un trabajo delicado, envolvente y casi hipnótico, en el que no hay dos paisajes iguales, y todos están unidos por una única línea sobre la que reposamos el deseo de seguir mirando. «Horizonte» es un libro-álbum redondo, texto e ilustración conforman un todo indivisible, en el que las palabras construyen un diálogo, un poema acompasado (Todos los días estás acá. Ahí. Y más allá), un relato de acción (Ahora te invento), de misterio (Cuando me tiendo en el suelo, desapareces), de suspenso (Te busco para atraparte), y las imágenes te revelan el significado de espera, de distante, de infinito y, finalmente... Una lectura para disfrutar a cualquier edad, que abre ante nuestros ojos nuevas perspectivas, y nos invita a ser observadores, y a buscar esas líneas que, en lugar de limitar, crean un espacio de encuentro.
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Este es el segundo libro de Madalena Moniz, autora del exitoso abecedario Hoy me siento. Juan Timonel es una historia entrañable entre dos amigos tan distintos como inseparables. A través de bosques, mares y arcoíris, Juan y Tim exploran, se divierten y descubren el mundo juntos. Juan es tímido, Tim es audaz. Juan sabe construir barcos de papel, Tim quiere comandar grandes navíos. A Juan le gustan las historias de aventuras, Tim vive las historias que le cuenta Juan. A veces, Juan tiene miedo, pero Tim nunca deja que se quede atrás. Juntos, pueden lograr todo. Aquí, Moniz celebra el poder de la amistad. El título es un guiño a la naturaleza de la amistad entre los dos niños. Tim es el amigo imaginario de Juan; personifica su lado más valiente y lo ayuda a Juan a confiar en sí mismo. “El timonel comanda el timón, navega el barco. Es quien tiene la valentía de abrir nuevos caminos para inspirar a otras personas”, afirma la nota final.
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“Ratón de biblioteca” es la historia entre una niña y la biblioteca familiar. Son los ratos robados a la siesta, para leer en el silencio tranquilo que queda cuando todos descansan. Los cuentos que se llevan para seguir leyendo en el jardín, en la bañera. Los libros que nos hamacan, nos acunan y nos remontan. Que nos acompañan de día y de noche. Es el comienzo de un recorrido íntimo y personal, curioso y real (y un poco imaginario, a veces) de la pequeña protagonista por el mundo de los libros. Y una reflexión sobre la importancia de los libros en nuestra vida, desde la primera infancia. A través de la lectura, “Ratón de bilbioteca” invita a la reflexión, a tener una mirada alternativa sobre el tiempo libre. En una época hiperconectada y digital, propone volver a concebir el tiempo como un espacio fértil para la imaginación, para el aprendizaje lúdico, activo, placentero y valioso. Leer es un don. Una herramienta. Un poder inmenso, junto con la imaginación. Los libros son compañía. Son ventanas, puertas, puentes. Son mundos que se abren. Leer nos hace libres. Fuertes. Poderosos. “Ratón de biblioteca” es un camino que empieza en la niñez. Una historia de amor por los libros. Un romance que crece mientras se van hilvanando las primeras letras y las primeras historias. Es una recreación emocionada y vívida de todo lo que sentimos gracias a aquellos primeros libros que leemos, que nos entusiasman, que nos hacen viajar sin movernos.
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Julia y Simca saben perfectamente que no hay nada mejor que ser niñas para siempre. Las pequeñas cocineras deciden un día preparar un banquete muy especial que hará rejuvenecer por un momento a todas esas personas atareadas, preocupadas, enojadas y apuradas que habitan la ciudad. Julia Child es un cuento inspirado en la chef más famosa de Norteamérica que enseñó lo maravillosa que puede ser la cocina francesa. Un homenaje delicioso al arte culinario y a la infancia. Un álbum para toda la familia, que nos invita a reflexionar sobre el uso del tiempo, de la rutina, de los estados de animo y de la búsqueda de la felicidad a través de los sabores y los recuerdos.
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La organización del manual se inspiró en el modo en que están organizadas muchas clases de cocina para niños con el objetivo de ejercitarlas. La primera sección enumera consejos para facilitar una buena experiencia y ayudar en los primeros pasos en la cocina, haciendo foco también en las normas de seguridad. El recetario comienza descubriendo los distintos comercios donde se consiguen los ingredientes principales con los que se preparan las recetas. Luego se presentan las técnicas básicas de cocina para ir familiarizándose con ellas. A través de las recetas, los niños aprenderán a lavar, medir, mezclar, batir, amasar, pisar, adornar y mucho más. El libro propone valorar la comida sana, base de una buena salud, sin caer en fundamentalismos. Algunas recetas resultarán más conocidas y otras parecerán novedosas. Incluye los clásicos barquitos de huevos rellenos, licuados de frutas y helados con palito; y otras recetas menos conocidas como la leche de almendras, el pan de maíz, los popovers («bombas monstruos»), las bolitas de arroz, el budín de yogur y la torta cebra. Son más de 50 opciones e ideas para ir probando, disfrutando y aprendiendo.
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Sin stockEn este abecedario cada letra representa un sentimiento. A través del niño protagonista, uno va explorando el mundo de las emociones. Las ilustraciones de Madalena Moniz suman una experiencia visual a este viaje de descubrimiento.
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Los recuerdos de los buenos momentos pasados con el abuelo Luis y el abuelo Juan bailan y se entrechocan en la cabeza de este osito. Tuvo que inventarse, entonces, un jardín sin pulgones, sin ortigas, reino de los caracoles y de las golondrinas, un jardín como una casa para saborear los recuerdos y no olvidarlos. “El jardín de los osos” es un libro valiente, sensible, que aborda uno de los temas difíciles en el universo de los niños: «la perdida de un ser querido», y con ello la necesidad de recuperar los recuerdos y vivencias. Su historia, construido desde la ficción, es tan optimista como realista. Es una obra bella, delicada, con un trabajo de ilustración notable.
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Sin stockNoah quiere tener una casita. Una que sea toda suya. En la que entren sus amigos. Y sus juguetes. La construirá él solo, en un árbol muy alto, muy enorme. ¿Cómo hará? Noah sabe: con madera, tornillos y mucha determinación. ¿Y luego? Y luego, la disfrutará. Pero… (es que siempre hay un “pero” en los cuentos), ¿qué pasa si hay un peligro -dientudo, peludo, que da miedo- acechando? Noah sabe, pues él tiene respuestas para todo. Porque esa casitamía es mucho más que una casa: es un refugio, una cocina que huele rico, una cama mullida, un sitio donde la imaginación germina y los miedos se vuelven pequeños, muy pequeños. Y Noah, cada vez más grande, poderoso y valiente.
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Sin stock¿Qué pasa con la noche, que no llega? ¿Estará ocupada? ¿Cómo se reconoce a la noche, cuándo llega? Para cuando llegue la noche, una mamá y una hija tienen un plan. Y mientras la noche viene (¿por dónde? ¿en silencio, haciendo ruido?), la pequeña va llenándose de preguntas que son suyas y, al mismo tiempo, universales. A medida que pasa el tiempo, aunque ella no lo note, hace un recorrido curioso y emotivo buscando esa noche que no llega y que traerá, al fin, el momento que más espera. ¿Será una noche de cine o será, quizá, una noche proyectada de estrellas? María José de Telleria escribió e ilustró, con sensibilidad y dulzura, esta hermosa historia sobre el tiempo, la noche estrellada y las sorpresas que podemos encontrar cuando nos dedicamos a contemplar aquello que nos rodea.
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Sin stockA despertarse! Es un hermoso día de sol. En su original transcurrir por las actividades del día -desde el desayuno hasta el cuento de las buenas noches-, oscila con ternura entre las emociones y las sensaciones que experimentan los niños y las niñas en cada actividad de la jornada, haciendo un delicado contraste entre los sentimientos y su real importancia. El desayuno que inaugura el día se convierte en una gigantesca y tentadora rodaja de pan untada con dulce; la escuela es grandísima, igual que las palabras -no así las letras, que se encadenan como hormiguitas, unas tras otras-. Un charco de agua ¿no es acaso la oportunidad para disfrutar de una felicidad enorme? ¿Y cuán pequeño parece un tenedor cuando el hambre es grandísimo? En ese juego de opuestos, este cuento se atreve a sumergirse, ir un poco más allá y proponer que la medida real de las cosas está más relacionada con lo que nos provocan que con su tamaño y el espacio que ocupan en el mundo.