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Sin stockA despertarse! Es un hermoso día de sol. En su original transcurrir por las actividades del día -desde el desayuno hasta el cuento de las buenas noches-, oscila con ternura entre las emociones y las sensaciones que experimentan los niños y las niñas en cada actividad de la jornada, haciendo un delicado contraste entre los sentimientos y su real importancia. El desayuno que inaugura el día se convierte en una gigantesca y tentadora rodaja de pan untada con dulce; la escuela es grandísima, igual que las palabras -no así las letras, que se encadenan como hormiguitas, unas tras otras-. Un charco de agua ¿no es acaso la oportunidad para disfrutar de una felicidad enorme? ¿Y cuán pequeño parece un tenedor cuando el hambre es grandísimo? En ese juego de opuestos, este cuento se atreve a sumergirse, ir un poco más allá y proponer que la medida real de las cosas está más relacionada con lo que nos provocan que con su tamaño y el espacio que ocupan en el mundo.
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¡A despertarse! Es un hermoso día de sol. En su original transcurrir por las actividades del día -desde el desayuno hasta el cuento de las buenas noches-, oscila con ternura entre las emociones y las sensaciones que experimentan los niños y las niñas en cada actividad de la jornada, haciendo un delicado contraste entre los sentimientos y su real importancia. El desayuno que inaugura el día se convierte en una gigantesca y tentadora rodaja de pan untada con dulce; la escuela es grandísima, igual que las palabras -no así las letras, que se encadenan como hormiguitas, unas tras otras-. Un charco de agua ¿no es acaso la oportunidad para disfrutar de una felicidad enorme? ¿Y cuán pequeño parece un tenedor cuando el hambre es grandísimo? En ese juego de opuestos, este cuento se atreve a sumergirse, ir un poco más allá y proponer que la medida real de las cosas está más relacionada con lo que nos provocan que con su tamaño y el espacio que ocupan en el mundo.
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“Ratón de biblioteca” es la historia entre una niña y la biblioteca familiar. Son los ratos robados a la siesta, para leer en el silencio tranquilo que queda cuando todos descansan. Los cuentos que se llevan para seguir leyendo en el jardín, en la bañera. Los libros que nos hamacan, nos acunan y nos remontan. Que nos acompañan de día y de noche. Es el comienzo de un recorrido íntimo y personal, curioso y real (y un poco imaginario, a veces) de la pequeña protagonista por el mundo de los libros. Y una reflexión sobre la importancia de los libros en nuestra vida, desde la primera infancia. A través de la lectura, “Ratón de bilbioteca” invita a la reflexión, a tener una mirada alternativa sobre el tiempo libre. En una época hiperconectada y digital, propone volver a concebir el tiempo como un espacio fértil para la imaginación, para el aprendizaje lúdico, activo, placentero y valioso. Leer es un don. Una herramienta. Un poder inmenso, junto con la imaginación. Los libros son compañía. Son ventanas, puertas, puentes. Son mundos que se abren. Leer nos hace libres. Fuertes. Poderosos. “Ratón de biblioteca” es un camino que empieza en la niñez. Una historia de amor por los libros. Un romance que crece mientras se van hilvanando las primeras letras y las primeras historias. Es una recreación emocionada y vívida de todo lo que sentimos gracias a aquellos primeros libros que leemos, que nos entusiasman, que nos hacen viajar sin movernos.
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Sin stockLa voz de la madre es esa música constante que acompaña el crecimiento: todo cambia muy rápido para el bebé, pero la voz de su mamá está siempre ahí para alimentarlo, para abrazarlo, para darle confianza. Este libro es una nana que puede cantarse de día y de noche.
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Este librito no es un librito cualquiera. Se parece a los demás pero tiene algo que lo hace diferente. Porque este librito es un cuento, sí, pero también es un amigo, una invitación… “Tengo un librito” es una historia, es un juego, un juguete. Es un libro que se transforma ¡en muchas cosas! Si hay sol, es sombrilla. ¿Y si llueve? ¡Es paraguas! Es puerta para golpear si vamos de visita; es ventanita para espiar y caminito para recorrer con los dedos. Porque los libros no sólo tienen cuentos adentro: también tienen ganas de invitarnos a jugar. Una propuesta que incluye movimiento, posturas para imitar y muchas ganas de divertirse ¡con un libro!
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En la cocina de esta casa pasan ¡tantas cosas! La mañana empieza tempranito, con una leche caliente y mucho sueño. Sigue un reguero de miguitas de pan mientras avanza hacia el mediodía, que llega con un avioncito -que pilotea papá- lleno de comida. Cada momento tiene su alimento. Las cocinas son lugares mágicos, siempre listos para ofrecer un mimo delicioso. Tic Tac en la cocina es un viaje doméstico, por las horas de comer durante la jornada y la relación de los más chiquitos con la comida, la rutina y el cariño.
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Isabel tiene una rutina que cumple al pie de la letra: los jueves a las cinco de la tarde, peinada y vestida con esmero, saca la porcelana del vajillero y pone una mesa elegante debajo de una pérgola perfumada de rosas y jazmines. Ordena cada pieza del juego tal como le enseñó su abuela Ana. ¡Hasta parece que escucha su voz! Así recibe a sus amigas, tan coquetas como ella, para tomar el té. Pero algo falla: de pronto ese hábito les resulta aburrido. Isabel bosteza. Un bostezo enorme, inesperado, fuera de lugar en una mesa tan delicada. Y es entonces, con el bostezo, que se produce la magia. La rutina se disuelve como un terrón de azúcar, y la anfitriona y sus amigas descubren las maravillas que escondía aquel juego de tazas (¿lo sabría la abuela Ana?).
Un cuento sobre los rituales, la irrupción del juego y la espontaneidad que, de yapa, incluye la receta de los scones que cada jueves cocina Isabel. -
Sin stock¡Levante la mano quién quiere ir de paseo! Los animalitos de esta casa (y un amiguito oculto ¿quién lo descubrirá?) son muy paseanderos, salidores y coquetos. No se quedan quietos. No importa si llueve (porque hay paraguas), si hace frío (¿para qué están los guantes y las bufandas?). Van a la escuela, con mochilas, anteojos y cuadernos. Los días estan llenos de pequeñas aventuras. Pero cuando llega la noche, terminan las salidas y se van a dormir con alguien muy especial. “Vamos” es una invitación al juego, una evocación a la imaginación y a lo que la infancia tiene como propio: el territorio de la invención infinita.
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Si confiamos en el viejo proverbio chino, lo extraordinario puede estar en cualquier lado. Aparecerá ante nosotros con sólo sentarnos en silencio a la sombra de los bambúes. Carolina Reymúndez no le hace demasiado caso y sale a recorrer el mundo: de Siberia a Durazno y de Zimbawe a Nueva York. Un cazador de langostas en Panamá, la lluvia endémica de Galicia, el andar de hierro del Transiberiano, el subdirector de un zoo uruguayo y el picor del chai en la India, en 25 relatos breves este libro no sólo cruza países, también atraviesa paisajes, cuenta anécdotas, se llena de nostalgia y transita el tiempo del viaje. Lo inusual es el detalle. Lo fugaz que permanece, como el comino, como la menta y otros sabores de las recetas que acompañan cada una de estas historias. Las palabras siempre estuvieron cerca de los fuegos.
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Cuando miramos un árbol, ¿alguna vez nos imaginamos que fue una semilla? Resulta sorprendente saber que ese bello e intrincado despliegue de ramas y hojas tenga su origen en algo tan pequeño.
¡A viajar, semillas! abre un huequito en la tierra y con él, una oportunidad de espiar algo de ese misterio. Las semillas no se quedan quietas: vuelan, nadan, flotan. Esperan, se esconden, caen. Viajan. Esa vida dentro de ellas quiere nacer. Y en su interacción con todo lo bueno de este mundo -el sol, el aire, el agua, los animales, los insectos- buscan el camino para sembrarse; para encontrar un hogar donde brotar, hacerse fuertes y crecer.
Con las ilustraciones, Lorena Ruiz hace un homenaje a la geometría vegetal: hay semillas, hojas, flores e insectos que forman tramas de hermosos colores y texturas. Cada escena del libro nos cuenta una pequeña «biografía»: de las semillas del roble, del serbal, del arce, de la magnolia, entre otras, revelando así lo brillante y compleja que es la naturaleza.
Al final del libro, la autora ofrece un apéndice de información científica sobre los viajes de las semillas, cómo germinar un árbol y la importancia de éstos para la vida en nuestro planeta. -
¿Puede ser que un día la nariz se canse de oler? ¿Los ojos, de ver, la boca, de gustar? ¿Los oídos, de escuchar? Y si eso, por algún extraño motivo, ocurriera: ¿qué pasaría con los sentidos? ¡Menuda confusión!
Dylan Hewitt pensó esta divertida y emocionante idea. ¡Y la hizo realidad! A partir de una nariz aburrida de hacer siempre lo mismo, despliega un mundo de nuevas sensaciones, delirantes, coloridas, inspiradoras. Y no es la única: es la nariz la que abre la posibilidad para que los ojos, las orejas y la boca puedan intercambiar sus roles tradicionales y prueben percibir el mundo desde estas nuevas perspectivas, totalmente novedosas.
¿A tu nariz le gusta la música? es un libro original y sorprendente, que estimula la imaginación e invita a jugar con los sentidos de una manera libre e infinita. -
Sin stock¿Y tu pañal? hace un divertido recorrido por los distintos animales y sus curiosos pañales. No son todos iguales, por supuesto. Ni de forma, ni de tamaño. El pañal del elefante es muy, muy grande. El de la vaca, tiene… ejem, caca. El de la lombriz, está lleno de pis. Y el del oso, es rosa y pomposo. Hacia el final, llama a los lectores y las lectoras a ser parte de la historia, invitándolos a ver cómo es su pañal, incluso con un guiño para quienes ya están cerca de decirle adiós a esa etapa.