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Para leer, jugar y cantar: tiernas y disparatadas rimas, inspiradas en las tortitas del título: una rima para tomar la teta, otra para pasear con la abuela, otra para caminar como un gato. “Tortita de ciruela paseo con mi abuela. Tortita de arroz el tío se escondió.” -
Cada animal cría a sus hijos de acuerdo a su instinto. Este libro da cuenta de ello en una variada selección de animales que va desde los pingüinos hasta los guanacos, de los monos a las ballenas. En muchas y diferentes formas de crianza, la naturaleza nos enseña que en la diversidad está el secreto de la vida. “Sin caerse de la espalda de su papá, el monito mirikiná viaja de noche entre las ramas. Amante de la luna llena, es el único mono nocturno de América”. -
Regina tiene 82 años y vive sola en un minúsculo departamento. Misteriosa y solitaria, esta mujer pájaro, encuentra la manera de construir su mundo. Escrito originalmente en 1970 por Clarice Lispector y publicado en el Jornal do Brasil, este breve relato se complementa a la perfección con las poéticas ilustraciones de Rebeca Luciani. “De vez en cuando Regina escribe en una hoja de papel alguna cosa, sin miras de divulgación o ánimo de publicación. Lleva un diario”. -
Las letras, además de cumplir con su diaria labor de formar palabras, tienen su propia vida. En las páginas de este libro aprendemos los secretos del abecedario, ese desorden que el orden alfabético trata en vano de esconder. A veces cerca del haiku y otras del caligrama, los preciosos poemas imaginan para cada letra costumbres, paisajes y caprichos. Así conoceremos el enigma de la E, el sueño de la S, el tictac de la T... “la I imagina cómo se vería su foto en el celular cuando está apagado” -
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Ganador del primer premio del Fondo Nacional de las Artes en 2019, este libro profusamente ilustrado viene a recordarnos el origen de las historias que formaron nuestra cultura. A partir de relatos conmovedores basados en tres leyendas –una quechua, una yuracaré y una inca– la narradora cordobesa Perla Suez y la ilustradora Rebeca Luciani alcanzan una gran complicidad creativa. “Caminaba seguro como si conociera el territorio. El viento valiente esparcía su olor por todas partes, mientras el sol seguía sus pasos escondido entre las ramas”. -
A Juan se le cayó su primer diente de leche y le quedó una ventanita en la boca, por allí sale a jugar y a explorar con sus amigos. Porque cualquier ventana, aún la más pequeña, ensancha los límites del mundo”. Un libro ideal para las primeras lecturas que los chicos hacen solos. “Aunque afirman que en un bosque de oriente vive un ogro maloliente que jamás se lavó un diente”. -
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La banana y el limón van a casarse, y están todos invitados. Con versitos breves, cada una de las frutas se presenta con el color que las identifica. Colorido y divertido, con este libro aprender los colores y los nombres es más fácil. “De verde: una manzana brillante, que lleva apellido inglés, falda y bonitos guantes”. -
La exuberante vegetación nos abre paso entre árboles y helechos para adentrarnos en la selva nativa. Es el escenario donde yacaré toma baños de sol, las ranitas cantan y el tatú asoma desde su cueva. Monos, coatíes y aves de colores desfilarán por sus árboles. Un paseo para que los más chiquitos conozcan este fascinante mundo. “Con un hablar tan ruidoso un mono desde lo alto protesta, muy, muy furioso” -
El bosque nos abre sus puertas y nos invita a sentir el olor a madera fresca que lo envuelve. Se asomará tímido el huemul sin saber que el puma está cerca. Escucharemos los sonidos del bosque, el eco del toc toc del carpintero y el chistar de la lechuza. El zorro, el monito de monte y otros calmos habitantes del bosque, nos contarán más secretos. “El eco del toc toc queda sonando, mientras el monito de monte está en una caña espiando”. -
¿Es cierto que los gatos negros traen mala suerte? ¿Y que la música calma a las fieras o que contar ovejas da sueño? A través de evidencias divertidas y lunáticas, este libro álbum viene a comprobar que algunas verdades científicas no son tales. Nicolás Schuff y Pablo Picyk desarman la lógica de las afirmaciones conocidas con un poco de erudición y muchísimo humor. “Si decir mentiras hiciera crecer la nariz, sería muy dificil besarse, los cirujanos plásticos trabajarían si parar, habría muchos choques de nariz en la calle”. -
La reunión ocurre en casa de la señora Stevens de manera convencional pero no convenientemente, ya que la señora Stevens (tres veces viuda) está muerta. Los tres hermanos de ella tienen coartada… Un policial con imágenes potentes y reveladoras. Los enigmas, pistas e indicios planteados por Roberto Arlt, ilustrados con la maestría surrealista de Decur. “Lo más curioso del caso es que aquel día los tres hermanos almorzaron con la suicida para festejar su cumpleaños, y ella, a su vez, en ningún momento dejó traslucir su intención funesta”. -
Cada cumpleaños Juan hace una marquita sobre el mapa pegado a su habitación, el año pasado llegaba hasta la India. ¡Ahora llega hasta la China! ¿Qué hará cuando sea grande y el mapa le quede chico como su remera favorita? ¿Cuántos días caben en un año? ¿Cuántos recuerdos caben en un día? “La mamá de Juan le muestra una foto del día que él nació. Le cuenta que fue a la mañana y que hacía mucho calor”. -
Si viniera un viento y se apoderara de tus sentidos, ¿qué harías? Este breve poema de Roberta Iannamico, juguetón y refrescante, nos propone que escuchemos lo que ese viento tiene para decirnos en secreto, leyéndolo una y otra vez. “¿Quisieras oír lo que dice el viento? Yo le creo cuando me habla en una oreja. Le creo cuando me habla en la otra. Me habla de un lado, me habla del otro y yo me dejo hamacar”. -
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Si pensamos en la construcción de un nido, podemos imaginar el tiempo y cuidado que lleva. Crear un lugar cómodo y mullido para recibir a los pichones que están por nacer. Así de cálido y confortante es este libro-disco, construido con gran detalle y dedicación. La minuciosa selección nos lleva por diferentes regiones. Las letras, cantadas por Teresa Usandivaras y Pablo Spiller, se entremezclan con la cálida voz de la escritora Laura Devetach, que recita y nos convida algunos versos. “Una niña tengo, chiquita y bonita, que no tiene sueño y a mí me lo quita. Yo quiero dormirla, dormirla quisiera. Ella abre los ojos y juega que juega”. -
Un bellísimo relato del mundo de los sueños, donde las jirafas duermen de pie, las focas nadando, y los perritos todos juntos y amontonados para darse calor. Este libro simple y tierno, pensado para los más chiquitos, es un recorrido poético del momento del sueño. “Los flamencos duermen sobre una pata. Los murciélagos duermen cabeza abajo. Los albatros duermen volando”. -
Martín y Martina juegan al famoso Martín Pescador con sus amigos: un conejo, una ratona, un osito, un gallo y un cocodrilo. Tienen por delante divertiodos desafíos como atravesar una mesa, saltar una soga y pasar por debajo de una silla, entre otras aventuras para disfrutar jugando en grupo. “Martín pescador, ¿me dejará pasar? Pasará, pasará pero el último quedará”. -
Con colores vibrantes y expresivos en los dibujos de Loreto Salinas y textos sencillos de Didi Grau, este libro está pensado para que nos conectemos con las criaturas de la naturaleza con admiración y respeto. En un mar expresivo, la danza de las olas refresca al pulpo, al delfín y a los pingüinos, habitantes de las profundidades del agua. “Música de olas, espuma de mar: abro bien los ojos así puedo escuchar” -
Hormigas, moscas y cigarras, y hasta simpáticas cucarachas, son las encargadas de enseñarnos a contar del uno al diez con instrumentos musicales. “Un, dos, tres, con música, con ritmo, de la cabeza a los pies. En frac de seda un gusano toca muy feliz el piano”. -
Con dibujos de la talentosísima Mariana Ruiz Johnson y rimas poéticas de Laura Wittner, los libros de Dinosauria invitan a sus viajes aventureros. En la montaña, en el desierto o en el mar, siempre encuentra cómo divertirse. “¿Este lío a qué se debe? Dinosauria está en la nieve ¿Y esa torre con muralla? Dinosauria fue a la playa”. -
Una lana blanca se escapa de su ovillo, rueda por el bosque y teje unas nanas con las cinco vocales. Rimas sencillas y tiernas van involucrando a los habitantes de ese bosque: una rana, un grillo y una oruga se acercan al circo hasta que se hace de noche y aparece la luna para acompañarlos. “Ovillo de lana rueda por el bosque y teje unas nanas. Lana, lana, lana; El grillo se duerme por magia de rana”. -
No importa que esté volando en ala delta o en avión, Dinosauria quiere conocer el mundo con los ojos bien abiertos con sus amigos y amigas. En bicicleta, en submarino o en tractor, siempre encuentra cómo divertirse. “Si la dejan al volante Dinosauria está radiante. Y que puede ser mejor que pasear en un tractor”. -
Dinosauria viene acompañar a los más chiquitos en sus aventuras cotiadianas. En la cocina comiendo flan de mandarina, en la bañera llena de espuma o en el balcón entre plantas y libros, Dinosauria siempre encuentra cómo divertirse. “Dinosauria en la cocina pide flan de mandarina. Y de postre un buen bocado en la terraza de al lado”.
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