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Sin stock¿Puede el amor alimentar el alma? Catalina y su abuelo Ezra urden, sin saberlo, una tierna historia que roza el sentido clásico de las fábulas. Una adoslescente que vive bajo el peso de la anorexia es salvada in extremis por su abuelo jubilado que la cura con un sencillo plato de sopa. Una bella historia que nos enseña que no hay vis medica que supere al amor y que nos muestra una relación entre un abuelo y una nieta que puede inspirar a mucha gente.
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Sin stockUna aventura huyendo de la Gran Guerra. Una historia de valentía, miedos y amistad. Año 1914. Debido al estallido de la Primera Guerra Mundial, Albert, un niño que vive en Estrasburgo, es enviado por sus padres a Isola della Cona, una isla tranquila alejada de los bombardeos y los ejércitos, donde reside su tío Audubon. Lejos de casa, descubrirá qué es la añoranza, el miedo y la absurdidad de la guerra, pero también la fuerza de la amistad y de su fortaleza interior. Una historia llena de aventuras, emociones, cartas sin destino, un castillo con pasadizos secretos y un sinfín de personajes entrañables.
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Sin stockEl diario de una niña de doce años, un proceso de madurez y aprendizaje. Hola. Me llamo Duna y este es mi diario de verano. Estoy con mis dos hermanas en casa del abuelo, un gruñón. Mamá nos ha dejado tiradas en este pueblo blanco y azul frente al mar y el maestro del colegio me ha puesto como deberes escribir todo lo que me pase antes de entrar en el instituto. No lo negaré: parecía que iba a ser el verano más aburrido de mi vida. Pero ahora, entre la pandilla tarambana, los secretos del abuelo y un chico super interesante que he conocido en el bosque, parece que la cosa se va animando. Todo apunta a que este será un verano especial, de descubrimientos, de los que te hacen crecer.
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Sin stockLa aparición de una misteriosa maleta en la mitad del bosque revoluciona a los animales y plantea muchos enigmas: ¿qué será lo que contiene?, ¿quien la ha llevado hasta allí?, ¿podrán quedársela?
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Si confiamos en el viejo proverbio chino, lo extraordinario puede estar en cualquier lado. Aparecerá ante nosotros con sólo sentarnos en silencio a la sombra de los bambúes. Carolina Reymúndez no le hace demasiado caso y sale a recorrer el mundo: de Siberia a Durazno y de Zimbawe a Nueva York. Un cazador de langostas en Panamá, la lluvia endémica de Galicia, el andar de hierro del Transiberiano, el subdirector de un zoo uruguayo y el picor del chai en la India, en 25 relatos breves este libro no sólo cruza países, también atraviesa paisajes, cuenta anécdotas, se llena de nostalgia y transita el tiempo del viaje. Lo inusual es el detalle. Lo fugaz que permanece, como el comino, como la menta y otros sabores de las recetas que acompañan cada una de estas historias. Las palabras siempre estuvieron cerca de los fuegos.
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Para algunos, la cocina es un espacio físico lleno de ollas, cucharones e ingredientes. Para otros, una ventana al mundo. Un universo donde la creación, la sensibilidad y el sentido estético se conjugan para dar lugar a platos que resultan obras de arte. Silvia Morizono supo encontrar en la cocina un lugar propio. Desde allí despertó paladares, transmitió valores y reversionó los sabores de su infancia. Esta es su historia contada a través de los recuerdos de su hija, Agustina Rabaini, escritora y periodista. También están sus recetas como tesoros reunidos en una selección ligada a las vivencias, el afecto y los sabores compartidos. Con una personalidad transgresora, moderna y generosa Silvia Morizono ha dejado una huella en el mundo gastronómico porteño desde un reducto que reunió a sibaritas y famosos, y la convirtió en pionera en la difusión de la cocina japonesa en la Argentina. Su restaurante Morizono nació en los años 90 como un homenaje al legado de su padre japonés y su nombre significa en nipón, “del bosque florido”. De ahí el título de este libro. Junto a los relatos, encontrarán un recetario con el paso a paso para elaborar clásicos de la cocina nipona como oyako donburi, sukiyaki, ramen o gyoza; sabores tai y vietnamitas, y platos de familia tomados de otras cocinas del mundo: una moussaka, un chutney de mango y manzanas, una bondiola braseada y hasta un simple pan casero.