Un hombre, un poquitín pasado de copas, decide acortar el camino de regreso a su casa pasando a través del cementerio. Pero con tan mala suerte que justo lo hace ¡en la Noche de los muertos! Y, como si eso fuera poco, ofende a un esqueleto y, para hacer las paces, decide invitarlo a cenar a su casa.Ninguna historia que comience así puede terminar bien... ¿O sí?