La alimentación es uno de los factores que, con más seguridad e importancia, condicionan no solo el desarrollo y bienestar físico, sino la salud, el rendimiento, la productividad de los hombres, el desarrollo de las colectividades y sus posibilidades de mejora en el futuro. La forma de alimentarse y las necesidades nutritivas están estrechamente relacionadas con la forma de vida de los individuos en su entorno natural. Desde finales del siglo XVIII, ha quedado perfectamente establecido que el cuerpo humano es una máquina de combustión interna necesitada de un combustible, que denominamos alimento, para producir energía y desarrollar una actividad.