África, la más pequeña de una familia de elefantes, hacía días que estaba triste. Su amigo, el pájaro de la selva, le propuso construir un globo para volar y descubrir nuevos horizontes. Le dio cinco potes de cristal para que los rellenara de aquello que más le emocionara de su viaje. Así fue como África trajo a la selva los colores del mundo.