Lluna y su abuela solo se tienen la una a la otra. Al perder el piso donde viven, se trasladan a la antigua casa de la familia, lo único que les queda: una vieja casona frente al mar situada en una isla minúscula, quizás la más pequeña del mundo. Allí, Lluna conocerá una niña bastante pesada y un niño increíblemente misterioso. Indagar en el pasado, descubrir a un ser fantástico y estrechar los lazos con las personas que la rodean hará que Lluna se pregunte si la isla no será mucho más grande de lo que ella pensaba.