Tras haber salido del cascarón, el patito feo emprende una búsqueda singular: ¿qué soy? A lo largo de su camino, se encuentra con varias aves con las que no encuentra parecido alguno. La búsqueda de la identidad, el descubrimiento de la diferencia, el reconocimiento de uno mismo... El patito feo, latente en cada uno de nosotros, debe superar varias adversidades para florecer. Émilie Vast colaboró con el diseño de la escenografía y luego transfirió sus diseños a las páginas de Cuac, un libro encantador.