Las letras, además de cumplir con su diaria labor de formar palabras, tienen su propia vida. En las páginas de este libro aprendemos los secretos del abecedario, ese desorden que el orden alfabético trata en vano de esconder. A veces cerca del haiku y otras del caligrama, los preciosos poemas imaginan para cada letra costumbres, paisajes y caprichos. Así conoceremos el enigma de la E, el sueño de la S, el tictac de la T... “la I imagina cómo se vería su foto en el celular cuando está apagado”