En este libro se cuenta la historia de Gaby y Diego, dos niños que gracias a una tarea de la escuela se ven forzados a compartir tiempo juntos. Diego es un niño atlético que subestima a Gaby debido a su silla de ruedas. Al conocerse, descubren que lo que aparentaban ser diferencias irreconciliables no eran más que ideas sin sentido. Esta es una historia que invita a pequeños y grandes a replantearnos la visión que tenemos de las personas con discapacidad. Desde una voz que da agencia a su protagonista y le permite expresar su individualidad a través de la imagen, el color y la palabra. Todos los niños deberían tener la oportunidad de conocer y conectar con sus pares, dejando de lado aprensiones sobre cómo y quién es la persona que se tiene al lado, temores a veces guiados por el paradigma adulto en el que aún prevalecen discursos infantilizantes y capacitistas.