Los amigos de Pablo están preparando una sorpresa. Pablo no tiene ninguna intención de ayudar. Para él todo es demasiado trabajo: limpiar la casa, cocinar un pastel, jugar a disfrazarse… ¡Es tan perezoso! Al final del cuento aprendemos que para pasarlo bien es necesario olvidarse de la pereza. Hacer las cosas todos juntos es mucho más fácil y divertido.