Pulgarcita había nacido de una flor y era tan pequeña que dormía en una cáscara de nuez, sobre un colchón de violetas y cubierta con un edredón de pétalos de rosa. Un día, un sapo la rapta para obligarla a casarse con su horrible hijo. Pulgarcita consigue escapar y se instala en el bosque, donde no dejará de vivir aventuras.