Una reflexión sobre las tradiciones y las divisiones entre la ropa de chico y la de chica. ¿Por qué no podemos vestir como nos apetece? A Leo le encanta disfrazarse. De pirata de superhéroe, de caballero… También le gusta ponerse una falda morada, pero el día en que decidió salir a la calle con ella, una señora mayor pensó que Leo era una niña y él se enfadó mucho. ¿No puede un niño jugar y ponerse una falda? Hace años, a las niñas no les dejaban ponerse pantalones, a lo mejor esto es lo mismo…