Cada Navidad, Mia y su familia leen una carta que le escribe su abuelo. Esta carta es un deseo cálido, apasionado y sincero de un mundo mejor. El abuelo recuerda con cariño los momentos que pasaron en su jardín buscando ranas y gusanos y plantando semillas.
Pero al abuelo le preocupa que todas las cosas que tanto ama estén en peligro…
Su carta es una súplica esperanzadora para Mia (y para todos nosotros) para que sigamos cuidando y protegiendo nuestro precioso mundo.